Mirtala Lòpez, Responsable de Europa del FMLN ens ha fet arribar aquest correu als membres del Comitè:
Subject: balance legislativo 4 años de saca
Date: Sat, 31 May 2008 19:10:31 -0600
19 AÑOS DE ARENA, 4 AÑOS DE SACA: TERMINA LA LARGA NOCHE ARENERA, SE ACERCA LA HORA DEL CAMBIO.
Se cumplen 4 años el gobierno de Antonio Saca y 19 años de gobiernos areneros. Han sido años de fracasos, demagogia, abusos y corrupción gubernamental. Como resultado, este aniversario encuentra al país en una profunda crisis política, económica, social, ambiental, y de seguridad pública, con tremendas implicaciones para la vida de las familias salvadoreñas.
Tras años de privatizaciones, desmantelamiento de la protección a la industria y agricultura nacionales, dolarización, reducción el papel del Estado en áreas críticas para el desarrollo social y productivo, y la entrega de actividades económicas clave a intereses monopólicos, el pueblo vive una situación desesperante. La gente, sobretodo la más humilde, tiene que soportar un elevadísimo costo de la vida, que vuelve cada día más inalcanzables los alimentos, las medicinas, los combustibles y los servicios básicos para la vida personal y familiar. Con el gobierno de Antonio Saca los salvadoreños y salvadoreñas tienen el maíz, el fríjol y el resto de productos de la canasta familiar más caros de la historia de El Salvador. Ante ello, la respuesta oficial es la indiferencia y, peor aún, el ofensivo despilfarro de los dineros públicos en una inmoral campaña de propaganda.
En la presente crisis el señor Saca no puede evadir su responsabilidad ni la de sus predecesores. El abandono de la producción agropecuaria en beneficio de la actividad comercial importadora generó un déficit en la producción de alimentos, tras la quiebra de muchos productores. En la actualidad, el país cuenta con más de 450 mil manzanas de tierra sin cultivar, campesinos que saben producir y nuestras propias semillas. Pero la agricultura no tiene acceso al crédito, no existe asistencia técnica apropiada ni apoyo a la comercialización. Los agricultores y ganaderos sufren del oligopolio que importa y comercializa todos los insumos.
El país vive una crisis ambiental, con la sobrevivencia de apenas un 2% del bosque natural, un 90% de las aguas superficiales contaminadas, el consumo creciente de combustible fósil y la amenaza latente de la minería metálica.
En 19 años no se produjo un crecimiento económico capaz de generar empleos y reducir la pobreza. Al contrario, el modelo de libre mercado sin ningún tipo de regulación dio lugar, en la práctica, a gravísimas distorsiones en la economía, como monopolios y oligopolios. El ejemplo del mercado de combustibles es la mejor evidencia de ello, pues estimula la concentración en pocas manos y encarece indebidamente los precios. En El Salvador, hoy la mayoría de empresarios deben trabajar en un mercado donde no hay una leal y libre competencia; mientras se observan fuertes niveles de contrabando y evasión de impuestos.
El modelo económico profundizó la pobreza y la precariedad en las condiciones de vida de la gente, obligando a millones de salvadoreños y salvadoreñas a emigrar en busca de reales oportunidades. El régimen no puede presentar como logro la expulsión cotidiana de cientos de compatriotas, ni mucho menos vanagloriarse del envío de remesas familiares. Hoy en día, los pobres que ayer emigraron sostienen a sus familias, al margen de las políticas sociales del gobierno.
A pesar de haber dispuesto los gobiernos areneros de cuantiosos recursos presupuestarios, muchos de ellos gracias al endeudamiento improductivo, El Salvador presenta bajísimos niveles de inversión en las necesidades de su gente. Para el año 2004 la inversión social en términos presupuestarios representó el 7.4% del PIB. En el 2008 los recursos presupuestados para tal inversión equivalen a un 6.6% del PIB, lo que expresa una caída del 0.8%.
Como resultado tenemos, como ejemplo, un sistema de salud pública en estado lamentable. Se ha profundizado la crisis del desabastecimiento de medicamentos, insumos médicos, equipo y mobiliario en toda la red de centros de salud, donde además continúan los cobros ilegales. El Gobierno Saca y su antecesor han evidenciado incapacidad para ejecutar proyectos que mejoren la infraestructura hospitalaria, mientras promueven estrategias encaminadas a la privatización de la salud.
Medidas improvisadas para enfrentar la caída de credibilidad del Gobierno, como la llamada "Alianza por la Familia", solo denotan la demagogia de los actuales gobernantes. Varias de éstas medidas ya están contempladas en las leyes y otras, como la gratuidad de la educación pública y la prestación del 100% del salario por maternidad a las trabajadoras, están incluidas en diversos proyectos de presentados por el FMLN a la Asamblea Legislativa, y que el partido oficial se resiste a aprobar.
Un fracaso evidente del Gobierno es su política de seguridad ciudadana. Vivimos en un país inseguro y violento. Durante el año 2007, el promedio de homicidios diarios fue de 9.7 (fuente: PNC). De ser ciertos los datos del Censo de Población 2007, El Salvador exhibe la tasa de homicidios más alta del continente y posiblemente del mundo. Este dudoso lugar expresa el fracaso de Saca y su candidato Rodrigo Ávila en materia de seguridad pública. Paradójicamente, la inseguridad para la gente se convirtió en los últimos años en un lucrativo negocio para altos dirigentes areneros.
En los últimos años se consolidó un estilo de gobernar autoritario, excluyente y represivo. Saca abandonó todo esfuerzo de concertación política y se dedicó a subvertir el orden constitucional. La institucionalidad del país está hoy secuestrada por la derecha. El resultado está a la vista: la PNC, cuya naturaleza civil y apolítica ha sido adulterada, muestra poca efectividad en el combate al crimen. La Fiscalía General y el sistema de justicia no gozan de confianza, mucho menos de independencia frente al poder económico y político. La corrupción gubernamental se encubre gracias al control de la derecha sobre la Corte de Cuentas. El Tribunal Supremo Electoral no tiene credibilidad ante la ciudadanía. La derecha rechazó una reforma electoral consensuada y se ha dedicado a imponer cambios al Código Electoral en un claro sentido antidemocrático y que abren las puertas a prácticas fraudulentas.
Mientras tanto, Saca y su bancada legislativa se niegan a aprobar un conjunto de leyes que democratizarían y transparentarían el sistema electoral, como el control del financiamiento de los partidos políticos, la regulación de la propaganda electoral, el establecimiento del voto residencial y el voto en el exterior.
El país experimenta, asimismo, un retroceso en materia de derechos humanos. La PNC ha vuelto a ser el instrumento para acallar la protesta popular, como se evidenció en los ataques a manifestantes en Suchitoto que legítimamente defendían su derecho al agua. Allí se aplicó arbitrariamente a las y los detenidos, por la Fiscalía y los Jueces Especializados, la inconstitucional Ley Especial Contra Actos de Terrorismo; en un claro mensaje del gobierno de represión y penalización de la protesta social.
CONCLUSIÓN:
Ante la crisis nacional, el pueblo salvadoreño ha tomado la firme decisión de cambiar el rumbo del país, otorgándole su confianza al FMLN, a sus Diputados y Diputadas, a sus Alcaldes y Alcaldesas y a su Fórmula Presidencial. Los más reciente estudios de opinión pública evidencian el reclamo popular por un verdadero cambio en la conducción del país y un rechazo mayoritario al continuismo de la derecha en el gobierno.
Nuevos vientos soplan para el futuro de El Salvador: un futuro de esperanza y prosperidad, de retorno al orden establecido en la Constitución de la República. Por fin el pueblo tendrá un gobierno a su servicio, no al servicio de intereses y privilegios de una reducida minoría. Por fin habrá democracia en El Salvador y se empezará a respetar la Ley y el rol de las instituciones fundamentales de un Estado de Derecho. Por fin iniciaremos el camino de superar la pobreza, las extremas desigualdades y la exclusión social en que se debate la inmensa mayoría de compatriotas. El cambio viene y no hay fuerza capaz de detener esos anhelos de la sociedad.
GRUPO PARLAMENTARIO DEL FMLN.
San Salvador, Junio 2008.
Subject: balance legislativo 4 años de saca
Date: Sat, 31 May 2008 19:10:31 -0600
19 AÑOS DE ARENA, 4 AÑOS DE SACA: TERMINA LA LARGA NOCHE ARENERA, SE ACERCA LA HORA DEL CAMBIO.
Se cumplen 4 años el gobierno de Antonio Saca y 19 años de gobiernos areneros. Han sido años de fracasos, demagogia, abusos y corrupción gubernamental. Como resultado, este aniversario encuentra al país en una profunda crisis política, económica, social, ambiental, y de seguridad pública, con tremendas implicaciones para la vida de las familias salvadoreñas.
Tras años de privatizaciones, desmantelamiento de la protección a la industria y agricultura nacionales, dolarización, reducción el papel del Estado en áreas críticas para el desarrollo social y productivo, y la entrega de actividades económicas clave a intereses monopólicos, el pueblo vive una situación desesperante. La gente, sobretodo la más humilde, tiene que soportar un elevadísimo costo de la vida, que vuelve cada día más inalcanzables los alimentos, las medicinas, los combustibles y los servicios básicos para la vida personal y familiar. Con el gobierno de Antonio Saca los salvadoreños y salvadoreñas tienen el maíz, el fríjol y el resto de productos de la canasta familiar más caros de la historia de El Salvador. Ante ello, la respuesta oficial es la indiferencia y, peor aún, el ofensivo despilfarro de los dineros públicos en una inmoral campaña de propaganda.
En la presente crisis el señor Saca no puede evadir su responsabilidad ni la de sus predecesores. El abandono de la producción agropecuaria en beneficio de la actividad comercial importadora generó un déficit en la producción de alimentos, tras la quiebra de muchos productores. En la actualidad, el país cuenta con más de 450 mil manzanas de tierra sin cultivar, campesinos que saben producir y nuestras propias semillas. Pero la agricultura no tiene acceso al crédito, no existe asistencia técnica apropiada ni apoyo a la comercialización. Los agricultores y ganaderos sufren del oligopolio que importa y comercializa todos los insumos.
El país vive una crisis ambiental, con la sobrevivencia de apenas un 2% del bosque natural, un 90% de las aguas superficiales contaminadas, el consumo creciente de combustible fósil y la amenaza latente de la minería metálica.
En 19 años no se produjo un crecimiento económico capaz de generar empleos y reducir la pobreza. Al contrario, el modelo de libre mercado sin ningún tipo de regulación dio lugar, en la práctica, a gravísimas distorsiones en la economía, como monopolios y oligopolios. El ejemplo del mercado de combustibles es la mejor evidencia de ello, pues estimula la concentración en pocas manos y encarece indebidamente los precios. En El Salvador, hoy la mayoría de empresarios deben trabajar en un mercado donde no hay una leal y libre competencia; mientras se observan fuertes niveles de contrabando y evasión de impuestos.
El modelo económico profundizó la pobreza y la precariedad en las condiciones de vida de la gente, obligando a millones de salvadoreños y salvadoreñas a emigrar en busca de reales oportunidades. El régimen no puede presentar como logro la expulsión cotidiana de cientos de compatriotas, ni mucho menos vanagloriarse del envío de remesas familiares. Hoy en día, los pobres que ayer emigraron sostienen a sus familias, al margen de las políticas sociales del gobierno.
A pesar de haber dispuesto los gobiernos areneros de cuantiosos recursos presupuestarios, muchos de ellos gracias al endeudamiento improductivo, El Salvador presenta bajísimos niveles de inversión en las necesidades de su gente. Para el año 2004 la inversión social en términos presupuestarios representó el 7.4% del PIB. En el 2008 los recursos presupuestados para tal inversión equivalen a un 6.6% del PIB, lo que expresa una caída del 0.8%.
Como resultado tenemos, como ejemplo, un sistema de salud pública en estado lamentable. Se ha profundizado la crisis del desabastecimiento de medicamentos, insumos médicos, equipo y mobiliario en toda la red de centros de salud, donde además continúan los cobros ilegales. El Gobierno Saca y su antecesor han evidenciado incapacidad para ejecutar proyectos que mejoren la infraestructura hospitalaria, mientras promueven estrategias encaminadas a la privatización de la salud.
Medidas improvisadas para enfrentar la caída de credibilidad del Gobierno, como la llamada "Alianza por la Familia", solo denotan la demagogia de los actuales gobernantes. Varias de éstas medidas ya están contempladas en las leyes y otras, como la gratuidad de la educación pública y la prestación del 100% del salario por maternidad a las trabajadoras, están incluidas en diversos proyectos de presentados por el FMLN a la Asamblea Legislativa, y que el partido oficial se resiste a aprobar.
Un fracaso evidente del Gobierno es su política de seguridad ciudadana. Vivimos en un país inseguro y violento. Durante el año 2007, el promedio de homicidios diarios fue de 9.7 (fuente: PNC). De ser ciertos los datos del Censo de Población 2007, El Salvador exhibe la tasa de homicidios más alta del continente y posiblemente del mundo. Este dudoso lugar expresa el fracaso de Saca y su candidato Rodrigo Ávila en materia de seguridad pública. Paradójicamente, la inseguridad para la gente se convirtió en los últimos años en un lucrativo negocio para altos dirigentes areneros.
En los últimos años se consolidó un estilo de gobernar autoritario, excluyente y represivo. Saca abandonó todo esfuerzo de concertación política y se dedicó a subvertir el orden constitucional. La institucionalidad del país está hoy secuestrada por la derecha. El resultado está a la vista: la PNC, cuya naturaleza civil y apolítica ha sido adulterada, muestra poca efectividad en el combate al crimen. La Fiscalía General y el sistema de justicia no gozan de confianza, mucho menos de independencia frente al poder económico y político. La corrupción gubernamental se encubre gracias al control de la derecha sobre la Corte de Cuentas. El Tribunal Supremo Electoral no tiene credibilidad ante la ciudadanía. La derecha rechazó una reforma electoral consensuada y se ha dedicado a imponer cambios al Código Electoral en un claro sentido antidemocrático y que abren las puertas a prácticas fraudulentas.
Mientras tanto, Saca y su bancada legislativa se niegan a aprobar un conjunto de leyes que democratizarían y transparentarían el sistema electoral, como el control del financiamiento de los partidos políticos, la regulación de la propaganda electoral, el establecimiento del voto residencial y el voto en el exterior.
El país experimenta, asimismo, un retroceso en materia de derechos humanos. La PNC ha vuelto a ser el instrumento para acallar la protesta popular, como se evidenció en los ataques a manifestantes en Suchitoto que legítimamente defendían su derecho al agua. Allí se aplicó arbitrariamente a las y los detenidos, por la Fiscalía y los Jueces Especializados, la inconstitucional Ley Especial Contra Actos de Terrorismo; en un claro mensaje del gobierno de represión y penalización de la protesta social.
CONCLUSIÓN:
Ante la crisis nacional, el pueblo salvadoreño ha tomado la firme decisión de cambiar el rumbo del país, otorgándole su confianza al FMLN, a sus Diputados y Diputadas, a sus Alcaldes y Alcaldesas y a su Fórmula Presidencial. Los más reciente estudios de opinión pública evidencian el reclamo popular por un verdadero cambio en la conducción del país y un rechazo mayoritario al continuismo de la derecha en el gobierno.
Nuevos vientos soplan para el futuro de El Salvador: un futuro de esperanza y prosperidad, de retorno al orden establecido en la Constitución de la República. Por fin el pueblo tendrá un gobierno a su servicio, no al servicio de intereses y privilegios de una reducida minoría. Por fin habrá democracia en El Salvador y se empezará a respetar la Ley y el rol de las instituciones fundamentales de un Estado de Derecho. Por fin iniciaremos el camino de superar la pobreza, las extremas desigualdades y la exclusión social en que se debate la inmensa mayoría de compatriotas. El cambio viene y no hay fuerza capaz de detener esos anhelos de la sociedad.
GRUPO PARLAMENTARIO DEL FMLN.
San Salvador, Junio 2008.
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